Bioshock
La presente generación de videojuegos (2005-actualidad) se ha
caracterizado por el dominio de los juegos de disparos en primera persona o First Person Shooter (FPS).
Series como Call of Duty ó Halo son las reinas absolutas de ventas
en las tiendas. Todo esto estaría de lujo para mí de no ser por un pequeño
problemita: ¡DETESTO LOS FPS!
Simplemente no los tolero, me parecen confusos, difíciles de
manejar, difíciles de ubicarte en el espacio, difícil de moverte, difícil de
todo; pero sobre todo me parecen repetitivos.
Prácticamente todos se pueden dividir en tres categorías: Segunda Guerra
Mundial, unidades antiterroristas e invasiones alienígenas. Pero en 2007
apareció un juego que, como su premisa, llegaba como un faro en la oscuridad en
el interminable océano de la monotonía: Bioshock.
La trama es cautivadora: viajas en un vuelo camino a Londres
a visitar a tus familiares, de pronto el
avión sufre un accidente y cae en medio del océano Atlántico, siendo tú el
único sobreviviente; solo en el mar
rodeado de los escombros del avión, alcanzas a vislumbrar un faro al cual
entras buscando refugio, solo para encontrar una batisfera que te lleva a un
lugar como nunca habías presenciado: una ciudad construida en el fondo del mar,
una ciudad llamada Rapture.
Pero ¿quién construyo esa ciudad? ¿Con que propósito? ¿Por
qué solo hay cadáveres y destrucción? ¿Realmente fue un accidente lo que te
hizo llegar aquí? Todas esas respuestas las encontraras si te atreves a
adentrarte en el impactante mundo de Rapture.
Desarrollado por Irrational Games y 2K Games, debutó en
exclusiva temporal para el Xbox 360, un año después llegaría a mi querida PS3.
Ya para entonces Bioshock había recibido todas las alabanzas habidas y por
haber de los principales medios dedicados al ocio virtual y
declarado juego del año por otros tantos.
Y razón no les falta, lo que Bioshock lograba era lo que muy
pocos FPS pueden hacer: hacerte sentir
el juego. Recorrer los oscuros caminos de Rapture es toda una
experiencia; atestiguar el auge y caída de esa utopía construida para huir de las
ataduras morales de los gobiernos y la religión, para que el artista y el científico
no estuvieran limitados por la censura, y que cada hombre recibiera la
recompensa por su propio trabajo.
Todo esto mediante mensajes de audio dejado por los
habitantes de la ciudad que nos irán desvelando los pormenores de lo que ahí sucedió
mientras avanzamos por la historia que se desarrolla ante nosotros. Una manera
muy buena de ponernos en contexto sin desviarnos del camino, además de
contribuir a la atmosfera terrorífica y decadente que impera en la ciudad
devastada por la cruenta guerra civil que ahí aconteció.
La historia del juego está fuertemente inspirada en la filosofía
Objetivista de la
autora Ayn Rand, empezando por uno de sus protagonistas, Andrew Ryan
(referencia directa a Ayn Rand), el fundador de Rapture; quien arto del mundo
occidental, decide construir una ciudad en el fondo del mar, ya que considera
que es el único lugar donde puede florecer una sociedad gobernada por el libre
mercado y el objetivismo, lejos del alcance e influencia del exterior.
El diseño del juego es sobrecogedor. Toda Rapture está
construida con un estilo Art Deco, haciéndola una gigantesca capsula del
tiempo. No hay un solo rincón de la ciudad que no sea impresionante, llena de
decoraciones, aparatos, muebles y publicidad de los años 50’s; rematado por un
diseño sonoro en el que la música de la época y los mensajes publicitarios que
suena en los distintos escenarios, se mezcla con los gritos agónicos y los
pasos amenazantes de las criaturas que aguardan en la oscuridad.
Y es que no hay nada más perturbador que escuchar una melodía suave y alegre
mientras un mutante se lanza hacia a ti para hacerte pedazos.
Dos años después fue lanzada una secuela desarrollada por el
mismo estudio pero no el mismo equipo creativo, titulada como no: Bioshock 2,
que aunque buena, no lo era tanto como su predecesora, ya que solo ampliaba y repetía
lo ya visto sin innovar demasiado; aun así no tiene desperdicio. Y muy pronto
en unos meses llegara al mercado una nueva entrega de la saga, en esta ocasión desarrollada
por el mismo equipo del juego original, llamada: Bioshock Infinite. Que aunque
comparte el nombre, no tendrá mucho que ver con Rapture.
Ha habido muchos juegos buenos en esta generación que esta próxima
a terminar, varios de ellos por suerte exclusivos de PS3, claro que las otras
consolas han tenido sus grandes exclusivas; pero pocos juegos han sido tan impactantes
como lo fue Bioshock, por lo que no puedo hacer más que recomendar ampliamente
que experimenten esta joya.