domingo, 20 de octubre de 2013

El hermoso infinito

Gravity


    Antes que nada, Gravity me parece una maravillosa cinta de aventuras; quizá se llegó a esperar más ambición y trascendencia de esta historia por las expectativas generadas, por los tremendos avances proyectados, por el director en cuestión, por su trabajo previo; y quizá eso ha decepcionado a algunas personas que han criticado al filme como un empaque de lujo completamente vacío.

    Yo no, quizá sea porque me fascina la investigación espacial y el cine de aventuras, quizá porque amo el cine de Cuarón, quizá porque George Clooney y Sandra Bullock me caen de poca madre; quizá por todo eso y más pero la cinta me ha fascinado.

    Es cierto que la historia es más sencilla que la tabla del 1, y los personajes no muestran una complejidad profunda que quizá encontremos en otros filmes de temática similar (“Captain Phillips” de Paul Greengrass y “All is lost” de J.C. Chandor prometen ser el  golpe de tensión brutal y descarnado que Gravity no es, ojo a estos dos próximos estrenos), pero tienen más que suficiente para mantenerte expectante de esta historia de naufragio y sobrevivencia.

    Bullock y Clooney interpretan a dos astronautas que en medio de una misión de reparación del telescopio espacial Hubble, se ven golpeados por una lluvia de restos espaciales que los separa de su tripulación y los deja a la deriva en el espacio, a partir de ahí tendrán que encontrar la manera de regresar a salvo.

    No necesito más, de nueva cuenta la ambientación en el espacio es determinante para que me enganche,   a partir de ahí la sencillez es la mejor arma de la cinta, sin grandes pretensiones, o debates sociales, solo ellos y el espacio infinito con la Tierra más hermosa de fondo y guía. El resto cae sobre la pareja protagonista, dueños absolutos de la función, a excepción de las voces de sus compañeros de misión y de su contacto en tierra (voz del genial Ed Harris) ellos son los únicos humanos en pantalla, lo que te hace forjar lazos afectivos con ellos.

    Clooney se puede decir que se interpreta a sí mismo, un veterano dicharachero, carismático, su labor de ancla se agradece; Bullock por otro lado es la verdadera bestia parda, cargando con todo el peso dramático y dándonos momentos emotivos y de respiro muy necesarios dentro de la acción. De nuevo, para mí no es necesario demasiado trasfondo en los personajes, solo unas pinceladas con las que el intérprete trabaja las reacciones y las emociones, porque lo importante es la situación y la forma en la que ellos responden a esa calamidad.



    De otra forma, con una sobrecarga de datos lo que tendríamos sería una ruptura del ritmo de la cinta que se mueve de forma fluida y constante; encuentro esta forma de narrar las acciones más natural e idónea para contar este relato que jamás abandona a nuestros astronautas a la deriva. La sencillez como mejor arma, no todas las películas tienen por qué ser así, ni a todos tiene que gustar.

    A nivel técnico es monumental, una lección magistral del uso de los efectos especiales, y seguro que esto es lo que descolocará a muchos que crean que la historia no esté a la altura del marco visual, no tiene que estar a la altura, tiene que servir a ella y aquí sirve y la complementa de maravilla.

    Lo que si es muy criticable es la irregular banda sonora que estorba por momentos con una música que pertenecen a otra película, y que evidencia a veces lo que la escena se supone que te debe hacer sentir, solo en determinados momentos se acierta de reducir la música al máximo para dejar que el silencio del espacio y los ruidos producidos por los astronautas hagan su trabajo.

    El 3D por su parte adolece de lo mismo, intrascendente la mayor parte del tiempo (aunque aclaro que no me entusiasma la tecnología), solo en momentos puntuales se agradece la profundidad extra que le confiere al vasto escenario, aún así es de lo mejorcito que he visto e el formato, palabra de detractor.
  

    Estupenda obra de Alfonso Cuarón y compañía, no su mejor trabajo pero sí un trabajo excepcional en su carrera y que eleva hasta el mismo cielo la labor de Emmanuel Lubezky  y de Sandra Bullock, merecido éxito.



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